El verano está hecho para relajarse y disfrutar. Pero, una vez se termina, los excesos de esta época se reflejan en la báscula y nos encontramos con un ligero aumento de peso. ¡No pasa nada! Hoy os contamos tres consejos fáciles y asequibles para decir adiós a esos kilitos de más.
1. Alimentación real
Consumir alimentos saludables es fundamental. El primer paso para lograrlo es eliminar los ultraprocesados de nuestra dieta. Se trata de una tarea difícil, ya que están muy arraigados socialmente, pero se puede conseguir. Es necesario dar la bienvenida a los alimentos frescos como verduras, legumbres o frutas, y cocinar y comer más en casa. De esta manera se elimina un gran consumo de azúcares añadidos, aditivos o grasas. Se recomienda cocinar los alimentos al vapor, a la plancha o al horno, teniendo en cuenta las cantidades y los ingredientes.
Otro punto importante tras la eliminación de ultraprocesados y la cocina en casa, es la planificación y elaboración de las comidas diarias. Aquí entra el juego el famoso ‘tupper’. Cada día deben realizarse cinco comidas, y estas cinco comidas deben planificarse en un menú diario o semanal. De esta manera resultará más difícil saltarse la dieta o picar entre horas.
2. Bebidas adecuadas
Junto a la comida, tenemos las bebidas. Y estas tampoco se libran de ser poco saludables. Durante el verano, el calor y los compromisos sociales hacen que bebamos más: en el chiringuito de la playa, en el bar… y estos líquidos suelen contener azúcares o alcohol. Ambos ingredientes, tanto el azúcar como el alcohol son fuentes de calorías sin nutrientes de calidad, que nos hacen ganar peso y grasa corporal.
Por tanto, hay que elegir bebidas adecuadas para nuestro objetivo. El agua es la bebida principal, de hecho, se recomienda el consumo de un litro y medio o dos litros diarios. El agua con gas también es una buena elección, así como las bebidas saborizadas de forma natural (con frutas, vegetales, hierbas..) y sin azúcares añadidos. Una buena hidratación es esencial para la pérdida y el control de peso.
3. ¡Muévete!
Aunque la alimentación es la parte principal a la hora de adelgazar, realizar ejercicio diario fortalece y tonifica el cuerpo, así que nunca está de más.
Comenzar a realizar una rutina de ejercicios acabará con los signos del síndrome postvacacional que deja el final del verano.
Las tareas cotidianas también se pueden utilizar como pequeños ejercicios para incrementar el gasto calórico. Por ejemplo, sacar a pasear al perro con mayor frecuencia y con recorridos más largos, limpiar la casa, o desplazarse en bicicleta o caminando.
La clave para volver a ponerse en forma tras un verano de excesos es la motivación. Además se ha de tener en cuenta que los resultados no se ven de un día para otro. El ejercicio debe realizarse de forma constante y el progreso se aprecia poco a poco. Boxeo, crosstraining, yoga, pilates… ¡hay un deporte perfecto para ti! Dinos cómo eres y qué necesidades tienes y en Sabáh te ayudaremos a encontrar la actividad que mejor se adapta a ti.
En conclusión, las dietas milagro no sirven y suelen ir seguidas por el “efecto rebote”. Volver a ponerse en forma tras el verano es sencillo y se consigue aplicando todos estos cambios y detalles sutiles a nuestra rutina. Nos ayudarán a se mejorar la salud física, perder peso y enriquecer nuestro estilo de vida.